domingo, 23 de octubre de 2016

Bomberos peruanos: Un problema impostergable

El Perú ha ganado tres nuevos héroes, tres valerosos bomberos (Alonso Salas Chanduví, Raúl Lee Sánchez Torres y Eduardo Porfirio Jiménez Soriano) quienes han ofrendado sus vidas por proteger las propiedades y las vidas de los peruanos. Su muerte ha conmovido a una nación que muchas veces agradece esta sacrificada labor, pero otras tantas la minimiza o desconoce. Y es que el trabajo diario que realizan estos insignes hombres y mujeres es una de las labores más peligrosas y sacrificadas del país, ya que tienen que enfrentarse no solo a la constante posibilidad de muerte, si no a la dejadez y el abandono por parte de las autoridades competentes, quienes no les proveen de los adecuados medios ( uniformes, vehículos contra incendios, etc) para realizar su tarea. 

Es por eso necesario que cambie radicalmente la situación en que se encuentran este valioso grupo de profesionales. Las promesas de campaña de los políticos no deberían quedarse en un saludo a la bandera, si no transformarse en hechos concretos que mejoren no solo el equipamiento con que estos valientes hombres cuentan, si no también la protección que les otorga el Estado, la cual es bastante limitada y deja al trabajador a su merced al finalizar su ciclo en la institución. Como hemos visto una gran reforma es menester en este campo, esperamos pues que la propuesta del Presidente Kuczynski de crear una pensión vitalicia para quienes han muerto o se han visto afectado en cumplimiento de su deber, no quede solamente en buenas intenciones o simples palabras para confortar momentáneamente el corazón de los dolientes. Eso sería abominable un insulto que ninguno de los fallecidos y el cuerpo de bomberos se merece.