Hace más de 20 años el sistema
comunista que un momento dominó a un tercio de la humanidad, se derrumbó ante
la atónita mirada de creyentes y adversarios, quienes no podían creer que una
ideología que trajo a la vez, esperanza y terror a muchas naciones, sucumbiera
de una forma relativamente rápida e incruenta. Pero, ¿realmente desapareció el
marxismo o solo cambió sus métodos para alcanzar el poder?
Para su servidor, este humilde
reportero, es evidente que en la actualidad somos testigos de la segunda
premisa, las ideas marxistas, a pesar de la pérdida de su mítico santuario
ruso, han emprendido un proceso de transformación, por medio del cual los
partidos izquierdistas buscan integrarse al sistema político imperante y
obtener mediante los votos, el control de sus respectivos países, una vez
logrado dicho objetivo, comienza el proceso de dominación de los poderes del
Estado y la sociedad civil, usando para esto medidas demagógicas, las cuales
les permiten ganarse un gran apoyo entre las masas y con esto justificar su
accionar, atribuyéndolo al "cumplimiento de los deseos y órdenes de los
ciudadanos" . Ejemplo perfecto de esta situación es Venezuela, donde el
régimen del fallecido Hugo Chávez y su sucesor Maduro han creado una amplia red
que controla los principales centros representativos venezolanos, haciendo de
la democracia llanera una mera falacia.
El amor no acaba
El marxismo y sus variantes a lo
largo de la historia, han producido múltiples reacciones en los seres humanos,
odio, admiración, respeto, decepción, pero eso sí, nunca indiferencia. Si no
pregúntenle a Adolf Hitler, quien envió a la maquinaria bélica más formidable
de su época, el ejército alemán, a destruir a su némesis el "zar
rojo" Joseph Stalin, trayendo como consecuencia una de las luchas más
brutales en los anales de las guerras. Para muchas personas, la fascinación con
este sistema, tiene como raíz, las "soluciones" (teóricas mas no
reales) que ofrece el comunismo a los problemas, errores, abusos y carencias de
los gobiernos democráticos, los cuales son terriblemente evidentes en las zonas
subdesarrolladas del planeta, cuyos habitantes se sienten poco representados
por una administración ineficiente e inmoral en todas sus instancias, la cual
solo busca beneficiarse del esfuerzo del trabajador, muchas veces de forma poco
ética y hasta ilegal.
Es por lo tanto entendible que
muchos decidan poner sus esperanzas en una utopía que se presenta como remedio
a las falencias gubernamentales, pero que al momento de alcanzar el mando,
convertirá tu vida y la de tus compatriotas en un infierno donde reinará el
miedo, la sospecha y el terror, para confirmar la veracidad de mis palabras
solo hay que revisar el destino de las muchas repúblicas que cayeron bajo el
"yugo rojo", Etiopía, Angola, Yemen y Cuba, alguna vez hicieron caso
a los "cantos de sirenas", la magia de sus voces los sedujo, les hizo
creer que en la orilla de la playa un futuro más promisorio esperaba por ellos
,¡Fatal deseo!, al final solo encontraron abuso, mentiras y humillaciones.
Estos lamentables sucesos deben servirnos de experiencia a los peruanos. Por
eso considero necesario que las autoridades cumplan las leyes y estimulen su
cumplimiento, también se deben crear mejores y más eficientes medios de
fiscalizar a los poderes estatales. Todos debemos saber quiénes son nuestros
representantes y si realmente están velando para que no se violen nuestros
derechos, si se siguen estos pasos, la libertad y la democracia no tendrán nada
que temer de propuestas alocadas e irreales, sin embargo si continuamos
manejando a Perú como si fueras una "chacra" más, las revoluciones,
guerras y conflictos terminarán convirtiendo a nuestra amada tierra en un lugar
donde la muerte se impondrá sobre la vida.